El director argentino Juan José Campanella estrena este fin de semana su película Futbolín sobre este popular juego que ha llegado a todos los rincones del mundo con muy pocas variaciones desde que se patentó, hace 90 años. Nuevos proyectos como el español Futboling conectan las partidas físicas a internet para competir con rivales de cualquier lugar
Del bar a la red
Tras casi cien años de historia, el futbolín se ha instaurado en todo el planeta, con federaciones nacionales e internacionales (este fin de semana se celebra el Mundial de Futbolín en Francia). Las reglas están muy definidas sin apenas variaciones en su estructura. Sin embargo, en pleno siglo XXI, sigue habiendo pioneros españoles en el fútbol de mesa que adaptan este tradicional juego a los tiempos que corren.
“El futbolín es un juego grande y poderoso, la gente lo pasa muy bien. Gracias a las nuevas tecnologías, nosotros le hemos dado una vuelta de tuerca para conectarlo a internet y a las redes sociales”, recalca Ignacio Escobar, creador de The Futboling Company, una nueva máquina que adapta las telecomunicaciones, la ambientación y la estética de este juego al mundo actual.
“Se habla mucho del internet de las cosas, pero luego hay pocas máquinas conectadas. Me sorprende que yo haya sido el primero en conectar el futbolín. De aquí a muy pocos años todo estará conectado a la red”, vaticina Escobar.
Este emprendedor comenzó su idea hace cinco años pero no fue hasta 2012 cuando sacó sus primeros modelos. “El futbolín nunca ha sabido innovar, sigue siendo una caja de madera con muñecos. En sintonía con los tiempos actuales le tocaba una revisión”, justifica Escobar.
El estadio del nuevo Futboling es una máquina monocasco, elaborada 100% en España, por un complejo sistema de rotomodelado. No tiene pinturas, disolventes ni pegamento, y se fabrica en polietileno reciclable. “Lleva mucha ingeniería. Quizá no tiene el glamour suficiente, pero si fabricáramos aviones con la misma tecnología, serían muy potentes”, defiende el creador.
“El futbolín en España se patentó a principios de 1937 pero en las navidades del 36 ya se jugaba”, rememoraba Finisterre, su inventor
El juego posee un software y un algoritmo que, tras darte de alta como jugador, te permite crear tu usuario, avatar y competir en un ranking de toda España. “Antes daba igual quién jugara, quién era tu compañero de equipo y tus contrarios. Eso era tremendamente injusto porque no permite una competición interesante”, subraya Escobar.
Referencia Bibliográfica: http://www.agenciasinc.es
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